En 2012 recibí una ETB en cuidados intensivos / Opinión

En 2012 recibí una ETB en cuidados intensivos. Como Presidente y a pesar de las críticas, logramos formar un equipo y recibir el apoyo político suficiente para que 4 años después estuviera compitiendo nuevamente con las multinacionales de las telecomunicaciones. ETB se había transformado: de ser una empresa de teléfonos pasó a ser una de telecomunicaciones. Cuatro años después de haber salido de ETB, por el cambio de alcalde, registro con inmenso pesar que todo el esfuerzo hecho y los buenos resultados de la compañía desbordaron la capacidad de gestión del Distrito. Como indicador que resume la gestión, podemos ver que entre octubre de 2013 y diciembre de 2015 la acción de ETB subió 60%, mientras las bolsas cayeron más de 30%; entre el 2016 y 2019 la acción de ETB bajo 57% aun cuando las bolsas mundiales llegaron a récord históricos. En la nueva Administración primó más la ideología política que la eficiente gestión empresarial. En vez de gerenciar, se dedicaron a buscar posibles detrimentos patrimoniales, que por supuesto no encontraron, y haciendo falsas acusaciones en medios de comunicación de lo malo que era la compañía para generar el ambiente propicio que justificaba la opción de venta. Como dijo un columnista de la época, iniciaron el partido haciéndose un autogol. Fue una fortuna que los medios y la opinión pública no le hicieron eco a ese discurso perverso y alejado de la realidad. Las buenas cifras hablaban por sí solas. Entre el 2012 y el 2015, ETB invirtió $2.25 billones para desarrollar un Plan Estratégico Corporativo (PEC), convirtiéndola en una empresa eficiente, rentable y competitiva. Esta inversión cambio el rumbo de la compañía, generando más de 1,250,000 hogares pasado con fibra óptica, 110,000 hogares conectados con fibra óptica, 70,000 hogares con IPTV y 400,000 móviles en tan solo un año. En el 2015 ETB termino el año con ingresos consolidados por $1.516 billones, liquidez de $698 mil millones (incluyendo $123 mil millones pendientes por ingresar por una devolución ya aprobada por la DIAN) y una pérdida de $35 mil millones después de provisiones de cerca de $400 mil millones generadas por el cambio de contabilidad a normas internacionales. Durante estos cuatros años se decretaron dividendos a la ciudad de Bogotá por $531 mil millones. Se logró posicionar a Bogotá, como una de las ciudades latinoamericanas con mayor infraestructura de fibra óptica y llegamos a todos los rincones del país gracias al servicio móvil 4G. ETB se convirtió en un grupo empresarial con filiales líderes en diferentes segmentos. La mezquindad política de los últimos 4 años hizo que se perdiera una oportunidad de oro de poder continuar creciendo la competitividad y el valor de la ETB. La empresa bajó sus inversiones (Capex) a casi la mitad y, a pesar de contar con la mejor tecnología del mercado, logro un paupérrimo incremento de sus ingresos de menos de 2% entre 2015 y 2019. El margen Ebitda creció superficialmente por la reducción de gastos operativos, como la publicidad y mantenimiento de redes, y entre enero de 2016 y septiembre de 2019 genero pérdidas acumuladas de $225 mil millones. A septiembre de 2019 la caja de la empresa era inferior al saldo de diciembre de 2015. Eso sí, lograron bajar los pasivos financieros en $180 mil millones, los cuales estaban a 10 años a una tasa en pesos colombianos del 8%. Invirtiendo esta plata en la empresa, se generaría más ingresos y mucho más valor para sus accionistas. Por razones que aún no han sido suficientemente explicadas, hoy no se sabe de la suerte (o mala suerte) de las filiales; de la inauguración del data center más moderno del país, que en diciembre del 2015 iba en un 60% de ejecución y acabó siendo un elefante blanco; de la multimillonaria deuda que tiene Claro con ETB o del mejoramiento del servicio al cliente Lamentablemente hoy es la empresa con mayores quejas antes la Superintendencia de Industria y Comercio. De continuar con la inversión y los planes trazados en el plan estratégico del 2012, hoy la empresa tendría ingresos al menos 20% más altos y un Ebitda 50% más alto del presentado en 2019. Es así, que lo que presentan hoy como el gran triunfo de los últimos 4 años, es en realidad un ejemplo de mala gestión de un bien productivo y público. La negligencia en gestión pública debe ser investigada sin demoras y castigada por los entes de control. El patrimonio de los bogotanos se puso en riesgo, con irresponsabilidad, por hacerle juego a una ideología política utilizando la mezquindad como su principio rector. El nuevo presidente de la ETB, recién posicionado, merece todo nuestro apoyo para que no cometa los errores del anterior y recupere rápidamente la senda de crecimiento e innovación de hace unos años.

Saul Kattan